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viernes, 17 de mayo de 2013

El carrete de Surf-casting






Por desgracia para nuestro bolsillo, el casting es una modalidad de pesca bastante exigente en cuanto al material necesario para practicarla. Para pescar a corcheo o a fondo nos las podremos arreglar, más o menos bien, con material barato, pero para ir a la playa “como dios manda” no nos queda más remedio que rascar cartera o la tarjeta de crédito.

Sin embargo, si echamos un vistazo a los equipos que se ven normalmente por ahí, nos daremos cuenta de un curioso detalle: la mayoría de los surf-casters suelen tener unas más que aceptables cañas, incluso excelentes en muchos casos, pero sus carretes no van parejos con ellas, y es muy frecuente ver buenas cañas con carretes de fondo de la peor calidad- incluso carretes de rio, más adecuados para cucharilla de salmón que para casting-.

La explicación que habitualmente se da es que el carrete no es más que un mero contenedor de hilo y que lo verdaderamente relevante es la caña que, en definitiva, es la encargada de poner el aparejo a respetable distancia. A fin de cuentas, añaden, cualquier carrete de precio mediano es suficientemente bueno para vérselas con los peces que habitan en nuestras costas. No merece la pena gastar mucho dinero en un carísimo carrete de casting; si hay que hacer un desembolso económico se hace por la caña de nuestros sueños, pues el carrete es más bien secundario. Craso error.

En el mundo del casting, caña y carrete forman un conjunto indisoluble, y si bien es cierto que la caña es una pieza indispensable, no lo es menos el carrete también una pieza fundamental del equipo.

Por ello no es de extrañar que si ni en todo el mundo sabe cómo debe de ser la caña de casting deseada, la situación está menos clara cuando hablamos del carrete. Porque… ¿Cómo debe ser el carrete destinado exclusivamente a esta modalidad? Bien, vamos a acercarnos hasta nuestra tienda de pesca favorita. Veamos que tienen.

La primera impresión

Puede sonar a Perogrullo, pero lo primero que miro en un carrete de casting es…que me guste. Como no me entre por los ojos en una especie de amor a primera vista, mal empezamos. Reconozco, eso sí, que esto no deja de ser una soberana tontería, pero ¿que le vamos a hacer? Manías y jorobas…
 

 

Pick-up

Después del primer vistazo hay una cosa que siempre miro, y esto para mi es “la prueba del algodón”. Si el carrete falla en esto, ya no miro mas. Hablo del Pick-up o cesto-recoge-hilos.

Porque hay un buen numero de carretes realmente hermosos que tienen este problema: asentáis los pies en la arena, cargáis fuertemente la caña, lanzáis, sale el plomo disparado a varios kilómetros por hora y… ¡Zas! El pick-up se cierra de golpe. Resultado: con un poco de buena suerte todo se quedara en la perdida de un plomo y un aparejo, amén de casi dar por concluida la sesión de pesca, porque cada vez que lancéis de nuevo lo haréis con miedo de que vuelva a suceder lo mismo. Si la suerte no es tan buena, entonces tendréis ocasión de ejercitar los músculos de la cintura cuando veáis venir el plomo hacia vosotros. Puedo asegurar que por propia experiencia que la sensación de agacharse rápidamente y oír como el plomo pasa silbando por encima de la cabeza es algo inenarrante. Palabra.

Para evitar comprar un carrete al que le pase esto, basta con hacer la siguiente prueba en la tienda: se coge el carrete fuertemente de la pata, se abre el pick-up y lo sacudimos con fuerza de un golpe seco de arriba abajo. Si vemos que se cierra, lo mejor que podemos hacer es buscar otro modelo. Cuidado al hacer la prueba, no ya por que se nos caiga de la mano, sino porque la bobina puede estar floja y no sería raro que saliese despedida.


Velocidad de recogida

Lo siguiente que habría que mirar es la velocidad con que recoge el hilo.  Y esto tiene su “miga”, amén de ser un tema que muchos pescadores no acaban de ver claro.

Como sabéis, hay carretes lentos y carretes rápidos. En general –solo en general- los carretes potentes suelen ser rápidos y los carretes veloces, en cambio, no son demasiado fuertes. No hay nada raro en esto, es una simple cuestión de mecánica y engranajes. Como todo el mundo sabe, un coche que va en primera tiene mucha fuerza pero no corre mucho, y en quinta es veloz pero no podría arrancar en esa marcha si está parado por que le falta fuerza. Los engranajes del motor de un coche son, salvando las distancias, idénticos a los de un carrete. Buscar un carrete que sea potente y veloz no es fácil. Hay algún modelo, pero mejor no hablar de precios. Ahora bien, ¿Qué necesitamos para casting? ¿Carrete rápido y más débil, o lento y más potente?

Hay carretes de todas las clases y para todos los gustos, pero nosotros solemos pescar en el Cantábrico y esto ya nos da la primera pista. Porque si pescásemos por ejemplo, las costas de Mauritania, el actual paraíso mundial del surf-casting, está claro que el carrete debería ser muy, pero que muy potente, a fin de vérselas con piezas de respetable tamaño. Pero, para nuestra desgracia, ese no es el tema.

Lo más normal es que nuestras piezas, en el mejor de los casos, no superen los 7 kilos y, además, las buscaremos con lanzados que no excederían casi nunca los 100 metros, digan lo que digan los que aseguran pasar de los 150 metros cuando menos.

Todo eso nos lleva a una conclusión: los carretes para nuestras playas deben ser rápidos, aun que eso conlleve sacrificar un poco su potencia, con lo que no sería aconsejable llevarlo también para pescar en acantilados.

Además, todavía otros dos motivos para preferir la velocidad a la potencia:

1)      Si es rápido evitaremos que nos crezca la barba mientras recogemos el aparejo; y seguro que a lo largo de la noche recogeremos y lanzaremos muchas veces.

2)      No olvidemos que pescaremos a ras de agua, no a 20 metros de altura. Un carrete rápido permite despegar el plomo del fondo con toda rapidez, mientras que uno más lento hará que perdamos más aparejos. Que ya sabemos que el plomo tiende a subir más cuanto mayor sea la velocidad con que lo traigamos. Cosa que no carece de importancia si el fondo en el que pescamos está lleno de rocas.

Pero ahora viene la madre del cordero: ¿Qué entendemos por velocidad de recogida en un carrete? Porque si le preguntamos a nuestro vendedor de toda la vida si el carrete que nos está enseñando es rápido, probablemente nos dirá algo parecido a esto: “es muy rápido, de 4’6 por giro de manivela”. Y, podéis creerlo, no nos habrá dicho nada.

Y no nos habrá dicho nada porque un carrete que da 6 vueltas puede ser mucho más lento que uno que de solo cuatro. Es fácil de ver. No hay que tener en cuenta solo el ratio, es decir, ese raro numero que pone en la caja del tipo de “1:4,3” y que simplemente quiere decir que por una vuelta de manivela, el carrete dará 4,3 vueltas de pick-up, sino que hay que ver algo mucho más importante: el diámetro de la bobina. Imaginad un carrete con una bobina pequeña y con un ratio de 1:5,8. Rápido, ¿verdad? Pues bien, imaginad ahora que vuestro compañero tiene uno con una bobina tan grande… como la rueda de un carro. Si, es una exageración, pero valga como ejemplo. Ese carrete de vuestro compañero tan “solo” tiene un ratio de 1:1, con lo cual será “lentísimo”, según vuestro vendedor, ya que por cada vuelta de manivela, recogerá solo una vuelta de pick-up. Pero decíamos que su bobina era tan grande como la rueda de un carro, con lo que recogerá mucho mas hilo que el vuestro.

No hace falta poner ejemplos exagerados, todos conocemos ese micro-carrete de trucha para lanzado ultraligero. Suelen ser rapidísimos, según su ratio, pero en la realidad a penas si servirán para mover una cucharilla decentemente en donde haya aguas un tanto batidas, ya que suelen tener una bobina tan pequeña que, por muchas vueltas que de su pick-up, su velocidad real de recogida es más bien pobre. Y eso sin contar con los problemas de torsión del hilo que causa tan minúscula bobina; pero este es un tema para otro artículo.

La única pista segura para ver la velocidad de un carrete es buscar en el folleto los centímetros que recoge por vuelta de manivela. Y no vamos a entrar en exquisiteces tales como que también influye la longitud de la pata de la manivela (lo que es cierto), ya que la cosa podría recogiese menos de 90 centímetros a 1 metro por vuelta de manivela.



Diámetro de bobina

Mencionamos antes que es otro punto que tampoco hay que dejar de lado. La cosa es simple. Una carrete con una bobina de diámetro generoso lanzara mucho mejor, ya que las espiras del hilo saldrán con mayor soltura. Y por si esa ventaja fuera poco, otra no menos importante es que a mayor diámetro, menos torsión del hilo, con lo que evitareis el conocido efecto de “rabo de cerdo”, gracias al cual el hilo se parecerá mas a un muelle que a una línea de pescar, ya que saldrá todo retorcido en espirales, más o menos apretadas y más pequeñas –peores por tanto cuando más pequeño sea el diámetro de la bobina en cuestión-.



Rigidez del armazón

Quienes me conocen personalmente saben que en numerosas ocasiones les hablo sobre un conocido modelo de carrete, fabricado por una no menos conocida casa, de la cual reniego.

Y es que pese a ser un carrete que se vendió –y se vende- como churros, me dio un curioso problema. Cuando traigo algo de peso, pez o algas, la cabeza del carrete baila como para todos los lados, como si su pata fuese de chicle. No, jamás “me rompió” por eso, pero la impresión general era realmente malo. La verdad es que se dé muchos pescadores que tienen estos carretes y están encantados con ellos, pero, desde luego, no eran “mis” carretes en absoluto. Acabe vendiéndolos, una vez más entra aquí en juego el factor gusto personal, pero jamás compraría un carrete cuya estructura no fuese los suficientemente rígida. Para mis gustos, donde estén los modelos fabricados en aluminio o materiales similares, que se quieten los carretes de carbono, grafito o plástico o como quiera que se llame el material del que estén hechos.




Potencia del freno

Otro punto de gran interés es el freno. No será usual, por desgracia, tener que echar mano del freno, pero si llega el caso (y llegara tarde o temprano… Que a veces la suerte nos sonríe) hay que contar con un freno potente, capaz de soltar hilo con suavidad, pero también de parar al pez en seco cuando llegue el momento de orillarlo. Bastara, en la tienda, con apretar la tuerca a topo y tratar de girar la bobina con la mano. Este debería quedar completamente bloqueado o, al menos, debería resultar realmente difícil moverla. Si se sigue moviendo con más o menos facilidad os aconsejo que, simplemente, busquéis otro carrete. Seguramente os dirán que ningún pez es tan fuerte como para moverlo, y quizás sea cierto, pero…



Manivela

Un buen carrete de casting debe tener un pomo de manivela de dimensiones generosas. Sera mucho más fácil vérselas con una buena pieza,así como recoger una y otra vez,después de cada lanzado. A menudo se ven por ahí carretes con manivelas minúsculas. No quita que sea un detalle sin mayor trascendencia, pero será causa de molestias, sin duda alguna. Que un pomo de manivela pequeño unido a unas manos llenas de sangre, grasa de sardina y porquerías varias no hacen buenas migas. Y ya que compramos una maquina que debe servirnos unos cuantos años, al menos que sea una maquina bien hecha.

Otros detalles

Todo lo visto anteriormente hará que nuestra compra vaya por buen camino. Pero hay otros puntos que también tienen su importancia y que no deberíamos de pasar por alto. Por ejemplo:

·         Siempre será preferible un modelo que ofrezca 3 o 4 años de garantía que el que solo ofrece 2.

·         También será deseable elegir el modelo de una marca conocida. Cierto que últimamente están apareciendo un montón de casas de esas de las que el vendedor os dirá que “están muy bien de precio”, pero dudo mucho que el resultado sea tan bueno. Una marca prestigiosa puede ser un poco más cara, pero creo honradamente que merece la pena hacer el desembolso.

·         Ideal sería igualmente que trajese 2 o 3 bobinas de repuesto o, al menos, que fuese fácil conseguirlas, aunque para ello hubiese que pagarlas a parte, si bien feliz será el pescador que con una solo bobina cubra todas las necesidades.

·         Y por ultimo creo que un modelo que lleva ya un tiempo en el mercado será superior a uno recién salido, del cual aun no sabemos cómo resultara realmente.

 

By Daniel Alburquerque Frade

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